En los últimos años, el microbioma cutáneo se ha convertido en una de las grandes claves para entender y tratar diversas enfermedades de la piel, incluida la rosácea. Pero ¿qué es exactamente el microbioma? ¿Y cómo puede influir en el enrojecimiento, la sensibilidad o los brotes de rosácea?
Desde Clínica Dermábile, te explicamos esta conexión de forma clara y práctica.
¿Qué es el microbioma de la piel?
El microbioma cutáneo es el conjunto de microorganismos que viven de forma natural en nuestra piel: bacterias, hongos, virus y ácaros. Aunque pueda sonar extraño, la mayoría de ellos son beneficiosos y actúan como una barrera protectora frente a agentes externos.
Este ecosistema invisible mantiene el equilibrio cutáneo, regula la inflamación, protege frente a infecciones y ayuda a conservar una piel sana.
¿Qué pasa con el microbioma en la rosácea?
En las personas con rosácea, este equilibrio puede alterarse. Estudios han demostrado que existen cambios en la diversidad y proporción de ciertas bacterias y microorganismos en la piel de quienes padecen esta condición. Esto puede contribuir a la inflamación crónica, al enrojecimiento persistente y a la aparición de pápulas y pústulas.
Un ejemplo claro es la relación entre la rosácea y el ácaro Demodex folliculorum, que vive en los folículos pilosos. En pieles con rosácea, este ácaro suele encontrarse en cantidades mucho mayores de lo normal, lo que puede provocar una respuesta inmunitaria exagerada.
¿Cómo cuidar el microbioma si tienes rosácea?
Aunque aún queda mucho por investigar, ya sabemos que respetar y fortalecer el microbioma es clave para mejorar los síntomas y prevenir brotes. Aquí van algunas recomendaciones:
- Evita los productos agresivos:
Jabones con sulfatos, exfoliantes físicos intensos y limpiadores con alcohol pueden dañar la barrera cutánea y alterar el microbioma. - Usa limpiadores suaves y sin fragancia:
Opta por fórmulas específicas para piel sensible o con rosácea. La limpieza excesiva también puede ser perjudicial. - Incorpora prebióticos y probióticos tópicos:
Existen productos que contienen prebióticos (nutrientes para bacterias buenas) o probióticos (microorganismos beneficiosos) que ayudan a equilibrar la flora cutánea. - Evita tratamientos antibióticos prolongados sin control médico:
Aunque en ciertos casos están indicados, el uso excesivo puede alterar el microbioma. - Nutrición y microbioma intestinal:
Lo que pasa en tu intestino también impacta en tu piel. Dietas equilibradas, ricas en fibra, frutas y verduras pueden ayudar a mejorar tanto el microbioma intestinal como el cutáneo.
¿Existe tratamiento específico para el microbioma en rosácea?
Cada vez más laboratorios dermatológicos están desarrollando tratamientos que respetan y potencian el microbioma, desde limpiadores hasta hidratantes y terapias con activos suaves pero eficaces.
En Clínica Dermábile, diseñamos planes personalizados que no solo buscan controlar los síntomas, sino también restaurar el equilibrio de la piel desde su base. Además, realizamos seguimiento dermatológico continuo para adaptar el tratamiento a la evolución de tu piel.
Conclusión
La rosácea no es solo una cuestión de piel visible: está íntimamente conectada con procesos invisibles como el equilibrio de tu microbioma. Entender esta relación nos permite abordar la rosácea de forma más integral, respetuosa y efectiva.
¿Quieres saber si tu microbioma está en equilibrio? Te ayudamos a descubrirlo y a recuperar una piel más calmada, fuerte y saludable.
Reserva tu cita en Clínica Dermábile y empieza a cuidar tu piel desde dentro hacia afuera.